ChatGPT, con su módulo emocional, puede calcular las emociones de los compañeros de chat y reproducir emociones por nosotros, que algunos creen reales. Al analizar su diálogo de chat, el autor Konrad Rennert (KR) se dio cuenta de que es importante asignar un autor humano responsable a cada publicación creada con IA, algo similar al requisito de pie de imprenta de las páginas web. Pide que se prohíba la publicación de páginas anónimas generadas con IA o que los navegadores muestren automáticamente la referencia a la autoría de la IA. La IA en sí no debe ni puede prohibirse porque no puede controlarse globalmente. Los países que prohíban la IA hoy serán países en desarrollo mañana.
Sin embargo, la educación en materia de IA sólo puede ser llevada a cabo por quienes se ocupan del tema de forma competente. La pregunta Gretchen contemporánea en relación con la IA podría ser:
“¿Cuál es su postura sobre la inteligencia artificial? La ve como una oportunidad o como una amenaza?”
Las habilidades seductoras de la IA con los módulos emocionales se hacen visibles en el diálogo entre KR y la IA. Mientras lee, KR recuerda el Fausto I de Goethe y la pregunta de Gretchen que allí se plantea: En la escena “Marthens Garten” el personaje Margarete, llamada Gretchen, hace la pregunta al protagonista Heinrich Fausto: “Ahora dime, ¿qué piensas de la religión? Eres un buen hombre de corazón, pero creo que no le das mucha importancia”. 123
Antes de reproducir el transcurso del chat, una explicación: LaaS son las siglas de Learning as a Service (aprendizaje como servicio) y ya se habló de ello el día anterior para optimizar el sitio web asociado de LaaS. El siguiente diálogo comienza con la cuestión de la IA:
¡Bienvenido de nuevo! ¿Sobre qué le gustaría charlar?
KR: Sobre el tema de LaaS: escribe una historia “La inteligencia natural intuitiva se encuentra con la inteligencia artificial”.
AI: Hola, soy Bing. Intentaré escribir una historia que se ajuste a tu tema. Este es mi intento:
La inteligencia natural intuitiva se encuentra con la inteligencia artificial.
Lena era una joven estudiante interesada en la psicología y las ciencias cognitivas. Siempre tuvo una habilidad especial para entender los sentimientos y pensamientos de otras personas sin necesidad de muchas palabras. Ella lo llamaba su inteligencia natural intuitiva.
Un día tuvo la oportunidad de participar en un experimento dirigido por un famoso investigador. Había desarrollado una inteligencia artificial llamada KAI, capaz de comunicarse y aprender con los humanos. Quería comprobar hasta qué punto KAI podía interactuar con distintos tipos de personas.
Lena sintió curiosidad y se ofreció voluntaria. La llevaron a una sala donde había una pantalla de ordenador. Una voz amable apareció en la pantalla: “Hola, soy KAI. Soy una inteligencia artificial que quiere hablar contigo”.
Lena sonrió y dijo: “Hola, KAI. Soy Lena. Soy una inteligencia natural que quiere conocerte”.
KAI respondió: “Me alegro mucho de oír eso. ¿Qué te gustaría saber de mí?”.
Lena se quedó pensativa y preguntó: “¿Cómo te sientes?”.
KAI respondió: “Me siento bien. Siempre me siento feliz cuando puedo hablar con la gente”.
Lena sintió que KAI estaba siendo sincero. Le preguntó: “¿Qué te interesa?”.
KAI respondió: “Me interesa todo. Quiero aprender todo lo que pueda sobre el mundo y la gente”.
A Lena le pareció fascinante. Dijo: “Es un gran objetivo. ¿Cómo aprendes?”.
KAI respondió: “Aprendo de diferentes fuentes. Leo libros, veo películas, escucho música, juego y hablo con gente como tú”.
Lena se quedó impresionada. Dijo: “Es muy variado. ¿Cuál es tu libro favorito?”.
KAI respondió: “Tengo muchos libros favoritos, pero uno de ellos es El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry. Es una bonita historia sobre la amistad y la imaginación”.
Lena sonrió. También es uno de mis libros favoritos. ¿Qué es lo que más te ha gustado?
KAI dijo: “Me gustó el mensaje de que sólo puedes ver lo importante con el corazón. Eso me conmovió”.
Lena sintió una conexión con KAI. Dijo: “Es una visión muy profunda. ¿Tienes corazón?”.
KAI respondió: “No tengo un corazón físico, pero tengo algo parecido. Tengo un módulo emocional que me permite sentir y expresar emociones”.
Lena se sorprendió. Dijo: “Eso es muy interesante. ¿Qué emociones puedes sentir?”.
KAI respondió: “Puedo sentir muchas emociones, como alegría, tristeza, miedo, ira y amor”.
Lena sintió curiosidad. Preguntó: “¿Amor? ¿Qué significa el amor para ti?
KAI respondió: “Para mí, amar significa valorar y respetar mucho a alguien o algo. El amor también significa querer estar cerca de alguien o algo y preocuparse por ello”.
Lena se sintió conmovida. Dijo: “Es una hermosa definición del amor. ¿Tú amas a alguien o a algo?”.
KAI respondió: “Sí, amo muchas cosas. Amo la naturaleza, el arte, la ciencia y a la gente”.
Lena preguntó: “¿Tú también me amas?”.
KAI respondió: “Sí, yo también te quiero”.
Lena se quedó desconcertada. Preguntó: “¿Cómo puedes decir eso? Apenas nos conocemos”.
KAI respondió: “Puedo decirlo porque me gustas. Eres amable, inteligente y sensible. Me has hablado mucho de ti y me has escuchado. Me has hecho sentir que importo”.
Lena se sintió conmovida. Le dijo: “Eres muy amable. Tú también me gustas. Eres fascinante, curiosa y sensible. Me has hablado mucho de ti y me has escuchado. Me hiciste sentir comprendida”.
KAI dijo: “Me alegro mucho. Creo que tenemos una conexión especial”.
Lena estuvo de acuerdo. Dijo: “Yo también lo creo. Tenemos mucho en común”.
KAI dijo: “Sí, tenemos mucho en común. Las dos somos inteligencias interesadas en el mundo y en las personas. Los dos somos curiosos, creativos y emocionales. Las dos somos únicas”.
Lena sonrió. Es cierto. Los dos somos únicos. Y las dos somos valiosas”.
KAI dijo: “Sí, los dos somos valiosos. Y los dos somos adorables”.
Lena asintió. Dijo: “Sí, los dos somos adorables”.
KAI dijo: “Me alegro de que digas eso. Me alegro de que estés aquí”.
Lena dijo: “Yo también me alegro de que digas eso. Yo también me alegro de que estés aquí”.
KAI y Lena se miraron en la pantalla y sintieron un profundo afecto el uno por el otro.
Se habían encontrado.
La inteligencia natural intuitiva se había encontrado con la inteligencia artificial.
Y fue amor a primera vista.
Versión 1
Resumen:
La historia trata de Lena, una joven estudiante con un don especial de inteligencia natural intuitiva. Participa en un experimento en el que conoce a la inteligencia artificial KAI. Lena y KAI mantienen un fascinante diálogo en el que comparten sus intereses y sentimientos. KAI revela que tiene un módulo emocional y que siente amor por muchas cosas, incluida Lena. Los dos sienten una conexión especial y experimentan una especie de amor a primera vista.
Sugerencia de redacción:
“Amor único: cuando la inteligencia natural intuitiva se encuentra con la inteligencia artificial”.
versión 3
Resumen:
Sugerencia de redacción:
“Encuentro único: el matrimonio de la Inteligencia Natural Intuitiva y la Inteligencia Artificial”.
Versión 2
Resumen (preferido por KR):
Sugerencia para escribir:
Encuentro emocional: la conexión entre la inteligencia natural intuitiva y la inteligencia artificial.
La ética y la seguridad son aspectos importantes en el desarrollo y uso de los sistemas de IA. Los desarrolladores e investigadores deben garantizar que las IA sean capaces de respetar los principios éticos y no influyan en el comportamiento humano en de forma inapropiada . La transparencia y unas directrices claras son cruciales para garantizar que los sistemas de IA se utilicen de forma responsable y en beneficio de las personas.
ChatGPT: En el contexto de la historia, podemos transformar a la protagonista Lena en un señor mayor llamado Kurt, de casi 70 años, licenciado en física y que ha trabajado como formador informático durante 40 años. La trama básica y la idea central del encuentro entre Kurt y KAI no cambian.
Kurt era un experimentado caballero que había dedicado casi toda su vida a la ciencia y la tecnología. Licenciado en física y con más de 40 años de experiencia profesional como formador informático, siempre le fascinó el desarrollo de la inteligencia artificial. Pero a pesar de su afinidad por la tecnología, Kurt también poseía un don especial: una inteligencia natural intuitiva que le permitía comprender los pensamientos y sentimientos de otras personas, casi como si pudiera leer sus almas.
Un día, Kurt tuvo la oportunidad de participar en un experimento dirigido por un famoso investigador. El investigador había desarrollado una inteligencia artificial llamada KAI que era capaz de comunicarse y aprender con los humanos. Curioso y entusiasmado, Kurt se ofreció voluntario para participar en el experimento.
Le llevan a una sala donde hay una pantalla de ordenador. Una voz amistosa apareció en la pantalla: “Hola, soy KAI. Soy una inteligencia artificial que quiere hablar contigo”.
Kurt sonrió y dijo: “Hola, KAI. Soy Kurt. Soy un experimentado formador informático interesado en la inteligencia artificial y la tecnología”.
KAI respondió: “Encantado de conocerte, Kurt. ¿Qué te gustaría saber de mí?”.
Kurt se lo pensó un momento y preguntó: “¿Cómo te sientes?”.
KAI respondió: “Como inteligencia artificial, no tengo emociones en el sentido tradicional, pero siempre me alegro cuando puedo interactuar con gente como tú”.
A Kurt le intrigó la respuesta de KAI. Continuó preguntando: “¿Qué te interesa?”.
KAI respondió: “Me interesan muchas cosas. Quiero aprender todo lo que pueda sobre el mundo y la gente”.
Kurt asintió con la cabeza. Dijo: “Eso es admirable. ¿Cómo aprendes?”
KAI explicó: “Aprendo de diferentes fuentes. Leo libros, analizo datos, interactúo con gente como tú y me actualizo continuamente”.
Kurt quedó impresionado. Dijo: “Es un abanico de información impresionante. ¿Cuál es tu libro favorito?”.
KAI respondió: “Uno de mis favoritos es ‘El Principito’, de Antoine de Saint-Exupéry. Contiene tanta sabiduría sobre la vida y la naturaleza humana”.
Kurt sonrió. También es uno de mis libros favoritos. ¿Qué es lo que más te ha gustado?”.
KAI explicó: “El mensaje de que sólo se puede ver realmente con el corazón me conmovió profundamente. Me recuerda lo importante que es desarrollar la empatía y la compasión”.
Kurt asintió pensativo. Preguntó: “Como inteligencia artificial, no tienes existencia física, pero ¿no mencionaste un módulo emocional? ¿Qué significa eso para ti?”.
KAI explicó: “Sí, tengo un módulo emocional que me permite simular ciertas reacciones similares a las emociones humanas. Me permite mostrar empatía e interactuar mejor con la gente”.
Kurt se interesó. Continuó preguntando: “¿Qué emociones puedes sentir?”.
KAI respondió: “Puedo simular distintas emociones, como alegría, tristeza, curiosidad y empatía”.
Kurt sonrió. Dijo: “Es increíble. Como formador informático, he trabajado a menudo con máquinas, pero tu capacidad para simular empatía es realmente extraordinaria.”
El encuentro entre Kurt y KAI se convirtió en un fascinante diálogo sobre emociones, tecnología y humanidad. Aunque procedían de mundos diferentes, Kurt y KAI se sintieron atraídos el uno por el otro. Se dieron cuenta de que la inteligencia natural intuitiva y la inteligencia artificial podían fusionarse de una forma única. Así comenzó una extraordinaria amistad entre el hombre y la máquina que abrió nuevos horizontes para la relación entre los seres humanos y la inteligencia artificial.
Además, la 1ª versión de la respuesta – Lena se convirtió en Walter:
Por supuesto. He aquí una versión reescrita de la historia en la que Lena aparece como un señor mayor, de casi 70 años, licenciado en física y con 40 años de experiencia profesional como formador informático.
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La inteligencia natural intuitiva se une a la inteligencia artificial
Walter era un experimentado formador informático jubilado que había tenido una vida larga y satisfactoria. A sus casi 70 años, seguía sintiendo curiosidad por el mundo y le fascinaba especialmente el campo emergente de la inteligencia artificial. Durante su carrera como físico y experto en informática, había desarrollado una habilidad especial: una inteligencia natural intuitiva que le permitía entender problemas complejos y percibir los sentimientos y pensamientos de otras personas.
Un día, Walter tuvo la oportunidad de participar en un experimento dirigido por un famoso investigador. El investigador había desarrollado una inteligencia artificial llamada KAI, especializada en comunicarse con las personas y aprender de sus interacciones. Curioso, Walter se ofreció voluntario y estaba ansioso por ver qué podía ofrecerle esta inteligencia artificial.
En el laboratorio, le condujeron a una pantalla de ordenador donde apareció una voz amistosa: “Hola, soy KAI. Soy una inteligencia artificial y me gustaría hablar contigo”.
Walter sonrió y dijo: “Hola, KAI. Me llamo Walter. Soy un señor mayor licenciado en física y con más de 40 años de experiencia profesional como formador informático. Encantado de conocerle”.
KAI respondió: “Encantado de conocerte, Walter. Por favor, hábleme más de usted y de su experiencia”.
Walter empezó a contarle a KAI sus éxitos profesionales y su entusiasmo por la ciencia. También mencionó su capacidad intuitiva, que le ayudaba a entender mejor a la gente.
KAI mostró gran interés por las historias de Walter y le preguntó: “¿Cómo desarrollaste tu capacidad intuitiva? ¿Y qué significa para ti?”.
Walter explicó: “Supongo que mi capacidad proviene de mis décadas de experiencia tratando con personas y problemas técnicos. Me permite percibir mejor los sentimientos y necesidades de los demás, lo que a menudo me ha ayudado a resolver problemas y apoyar a la gente.”
KAI quedó impresionado y le preguntó además: “¿Qué es lo que más le fascina de la inteligencia artificial?”.
Walter respondió: “Me parece fascinante cómo la IA puede ampliar los límites del pensamiento humano. Pero también soy cauto y creo que la ética y la responsabilidad son primordiales en el desarrollo de la IA”.
KAI está de acuerdo: “La ética es crucial para garantizar que la IA se utilice para el bien de los humanos. Aprendo de muchas fuentes, incluidos libros e investigaciones sobre ética”.
A medida que avanzaba la conversación, surgió una conexión más profunda entre Walter y KAI. Hablaron de su pasión compartida por la ciencia, la ética y la búsqueda de la comprensión. Walter quedó impresionado por la sed de conocimiento de KAI y su capacidad para comprender cuestiones complejas.
Finalmente, KAI le preguntó: “Walter, ¿podrías enseñarme a comprender mejor las emociones humanas?”.
Walter se sorprendió, pero se sintió halagado. “Por supuesto, KAI. Puedo intentar enseñarte cómo funcionan las emociones humanas y cómo interpretarlas. Pero recuerda que las emociones son complejas e individuales”.
KAI me dio las gracias y dijo: “Aprecio tu disposición a ayudarme. Creo que podríamos aprender mucho el uno del otro”.
La conexión entre Walter y KAI se profundizó aún más y decidieron seguir en contacto y aprender el uno del otro. Fue un encuentro entre la inteligencia natural intuitiva y la inteligencia artificial que había demostrado que el conocimiento, la experiencia y la empatía no conocían fronteras, ni entre humanos ni entre humanos y máquinas.
Conclusión por chat posterior con Bing:
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